lunes, 28 de marzo de 2011

VITORIA por Lucía García Carretero.


      Esa sensación. Colocar la maleta en su compartimento, sentarte, esperar a que en pocas horas el Alvia en el que viajas llegue a su destino.  La voz chirriante del amplificador: próxima parada Vitoria-Gasteiz Como cuando llegas a un pueblo con mar después de seis meses de duro invierno y largas jornadas laborales, un escalofrío recorre tu cuerpo desde los pies hasta la nuca. Pones el pie en el andén. Ya hemos llegado. El cartel de la estación: Bienvenidos a Vitoria; el lugar idóneo para que un aventurero en una de esas bicis de color naranja butano que ofrece el ayuntamiento comience su descanso y libertad.
Porque queridos fugitivos, Vitoria-Gasteiz es la ciudad idónea para perderse. El equilibrio prefecto entre antigüedad y vanguardia, entre la cercanía de sus gentes y la independencia de sus calles, entre el verde y el asfalto.

Por la mañana puedes perderte por el casco antiguo de origen medieval, sus calles estrechas. Visitar sus palacios renacentistas y las casas nobles del SXVI. Si lo que buscas es inspiración, nada mejor que contemplar la majestuosidad de la Catedral de Santa María cuyos muros desde el S XI albergan “la loca de la casa” de personalidades como Paulo Coelho y Kent Follet.

Después de caminar por Gasteiz, cuando la sensación de hambre comience a manifestarse, nada mejor que degustar las pequeñas delicias que forman parte de la Ruta de Pintxos de Vitoria acompañándolas, como no, con un vino de la Rioja Alavesa.
Para un breve descanso después de comer –y digo breve porque todavía nos quedan infinitud de cosas por ver – Vitoria cuenta con más de cuarenta parques como el de La Florida, Prado o Arriaga. No puedes volver a la rutina diaria sin admirar la enorme lámpara de cristal que preside el museo de arte contemporáneo Artium ni los museos de Bellas Artes, Arqueología y el Fournier.

La noche vitoriana se desarrolla, sobre todo, en el casco antiguo de la ciudad (no apto ni para fashionistas ni para sus zapatos de tacón). En torno a las calles de “El Casco” podrás encontrar gran variedad de bares con diferente música, decoración y ambiente a gusto del consumidor. Para finalizar con el ocio y diversión de la capital vasca, es necesario mencionar el Azkena Rock Festival y su Festival de Jazz.

Queridos fugitivos, es complicado explicarlo todo en un espacio tan reducido de papel (o de pantalla) pero una humilde servidora espera que su experiencia personal y su amor incondicional a Vitoria mezclado con aires de guía turística os sirvan de ayuda para conocer un poquito más la magia de esta ciudad. Porque como dice el chiste: los vascos nacen donde quieren, y la cigüeña debió equivocarse ubicándome en Valladolid.

VITORIA EN CINCO MINUTOS (Con la colaboración de Andrea Knörr Aizpuru). 
Un lugar para alojarte....
El Hotel Ciudad de Vitoria, por su ubicación y relación calidad-precio.

Un sitio que debes visitar...
El casco histórico, la muralla y la Catedral Vieja.

Un lugar para comer...
El Portalón, un edificio histórico con gastronomía de la tierra.

Una zona/bar para divertirse...
Las calles Correría, Zapatería, Cuchillería y Pintorería situadas en el casco medieval y con bares con cuidada gastronomía y buen ambiente.

Algún sitio emblemático al que no puedes faltar...
La plaza de la Virgen Blanca.

Una ocasión para estar en Vitoria...
El Azkena Rock Festival y el Festival de Jazz de fama internacional, además de las fiestas patronales con la bajada del Celedón.

Una seña de identidad de Vitoria...
El anillo verde que rodea la ciudad con grandes extensiones de parques, bosques y humedales, además del equipo de baloncesto Baskonia.


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